EL INFORME: MOMENTO DE DISTANCIAMIENTO
Es el repudiado borracho de la
fiesta que al momento que quieren echarlo se saca una botella de whiskey del
bolsillo y la pone en la mesa.
(Antonio Sánchez García: La Caída)
El
repudiado borracho de la fiesta
I.
Súbitamente, a
su alrededor se ha abierto el vacío. No es poca cosa ser el paria. Estar
emparentado semánticamente con personajes como Hitler, Eichmann, Gadafi, Sadam
Hussein, Pinochet. Haber sido declarado criminal de lesa humanidad por las
Naciones Unidas sin que ninguno de los representantes haya emitido objeción. Ni
siquiera los aliados Rusia, China, Cuba o los países islámicos. Todos temen ser
salpicados por sus excrementos y ya no
hay nada para comprarlos. Se demuestra que él no tiene amigos sino eventuales
socios comerciales.
II.
No es fácil. Es
humillante y doloroso ser un leproso social. La lepra es una enfermedad visible
y aunque ya no exista, en apariencia, desde tiempos antiguos era motivo de
aislamiento. Pues bien ¿adónde se
aislarán este leproso y los otros 45
señalados como violadores de derechos humanos y criminales contra su propia especie. Mientras
escribo esto, 1 y 32 minutos del 19 de
septiembre del 2020, él y sus secuaces más o menos cercanos deben estar
recurriendo a cualquier forma de evasión que entumezca sus miedos. Cierto que en sus arcas hay mucho
dinero. Pero con eso no se pueden adquirir la absolución y la paz.
El presidente de Venezuela, Nicolás
Maduro, y otros miembros de su gabinete fueron acusados este miércoles por las Naciones
Unidas (ONU) de perpetrar crímenes contra la humanidad.
Según una investigación elaborada
para el Consejo de Derechos Humanos de la organización, las autoridades
venezolanas han suministrado ayuda esencial para llevar a cabo ejecuciones
arbitrarias y el uso sistemático de la tortura desde 2014.
Norberto Paredes @norbertparedes (BBC News Mundo)
III.
Otra cara del
prisma es el horror que está causando a propios y extraños la relación de
asesinatos, torturas, violencia sexual, destrucción de vidas y reputaciones y
familias que está en ese Informe. Son casi 450 páginas que sublevan el
entendimiento. Asfixia con bolsas plásticas. Cortadura de la planta de los
pies. Quemaduras. Arrancamiento de uñas. Violación. Castraciones. Todo el
guión, pues. No es que no lo supiéramos: desde Franklin Brito hasta Oscar
Pérez, desde Fernando Albán hasta los
157 asesinados durante las protestas del 2017
y todos los militares y políticos y estudiantes que mataron o apresaron y así hirieron sus cuerpos y sus almas. Sin
mencionar el daño a las familias. Irreparable. Y luego, la impunidad y el
envalentonamiento de los llamados colectivos, antes círculos bolivarianos. Los
abusos sistemáticos de esos que llaman
“guardias nacionales”. Y habrá aún quien diga que no sabía. En medio de todo, llama la atención la presencia
de dos mujeres (oh, la igualdad de género revolucionaria) entre los señalados:
Nairobi O´Connor, asesora de torturas
DGCIM (¿se puede ser más perverso?) y
Keyler Chacón Bautista. Espero que hayan parido y que su descendencia recoja su
siembra.
IV.
Y sí: él es el
principal responsable. Dio las órdenes o las avaló. Aplaudió los resultados.
Bailó sobre la sangre de los muertos.
El informe de 443 páginas señala
como responsables directos de estos crímenes a Maduro, así como también a
Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente; y a los
ministros de Interior y Defensa, Néstor Reverol y Vladimir Padrino López,
respectivamente, entre otros altos funcionarios.
La consecuencia es la apertura de una investigación por la Corte Penal Internacional. Sin perjuicio de que cualquier país que se sienta agraviado puede iniciar un proceso penal. Y esos delitos no prescriben. Así que no hay salida para esos seres. Ni para sus ya estigmatizados descendientes.
Porque la cosa no queda allí. Cualquier hijo de vecino
puede, y lo hará, lanzarles a la cara el
dicterio. Expulsados del reino de la
humanidad, sólo cárcel y muerte les espera. Ahora bien, aquí se aferrarán
con uñas y dientes al pellejo de país en
que nos convirtieron. Aquí, rodeados de
toda clase de delincuentes (en los que
no hay lealtad y son por lo tanto
inseguros aliados) esperarán. Y a los de la lista original se irán añadiendo
otros nombres que ya sabemos. Y no habrá olvido, ni perdón.
Al
momento que quieren echarlo se saca una botella de whiskey del bolsillo y la
pone en la mesa.
V.
Y en este
escenario donde se destapan la putrefacción y la monstruosidad, se convoca a
unas elecciones que desde el principio hemos sabido que están amañadas: que son
una trampa, pues, que son una vía espuria para dar legitimidad y legalidad a un
gobierno de facto que es ilegítimo e ilegal. Lo más lamentable es que algunos
líderes de la oposición, Capriles Radonsky el más notorio, se tiraron por ese
barranco y aceptaron participar en esa farsa electoral. No importa que diga
ahora que no quiso decir lo que
dijo. Hasta antes del Informe, porque ahora deben estar pensando todos cómo
recular. Salvo que tengan, como dicen por ahí, vídeos o pruebas que los
comprometan en algo vergonzoso o ilegal. O que sean de esa especie subhumana
que prefiere el poder minúsculo a la dignidad. Por ejemplo, Claudio Fermín,
Henri Falcón, o minúsculos animalillos como Bernabé Gutiérrez o José Brito.
Asco.
Como siempre en
parecidos casos, el régimen trata de
ignorar el significado y alcance del Informe. Se lanza al victimismo, y traza
unas coordenadas de acusaciones. La más absurda es esa de que USA quiere
erosionar la base social del ingreso. Si se toma en cuenta que la pensión de
vejez es hoy de 1,04 USD no sé qué mas pueda ser erosionada. Lo que pasa es que
como el Informe acusa con nombres y apellidos no es fácil trasladar al pueblo
lo que ellos, los imputados, consideran agresión.
VI.
Esto es un
simplicísimo artículo de opinión, pero me voy a permitir preguntarte, a ti, que
has leído hasta aquí ¿te pondrás el disfraz y participarás en la comparsa de
los monstruos? Si dices que sí, ni lo racionalices, chico. Ay, pendejo.
El Tigre, 19 de
septiembre de 2020
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